Como dijimos en el post anterior, Singapur es una ciudad donde los locales son originarios de diversos países y culturas y todas ellas están presentes en sus barrios. La mayoría china ocupa el más alto porcentaje seguida de los malayos, los indios y los árabes. Detrás de todos ellos se concentra una amalgama de nacionalidades diversas venidas de occidente, sobretodo de Europa y América, un montón de expatriados que trabajan en las multinacionales y en el centro financiero singapuriense.
En los alrededores de Marina Boulevard y Central Boulevard se concentran la mayoría de edificios altos de oficinas que conforman el Downtown. Grandes avenidas se suceden con palmeras y rascacielos y en algún momento uno parece situarse en alguna ciudad americana. El Downtown abre la puerta a Chinatown, que tiene su centro neurálgico en Pagoda Street y alrededores. Aquí la comunidad china hace gala de todo su esplendor con templos, restaurantes, tiendas de souvenires «Made in China» e incluso tiendas especializadas en palillos para comer. De noche se encienden las hileras de farolillos rojos que se extienden por toda la calle formada por antiguas casas coloniales cada una de un color distinto. Sin duda, Pagoda St. es un «must see» de la ciudad.
Es aquí en Chinatown donde hay una gran concentración de alojamientos baratos, aún sabiendo que Singapur no es nada barato en cuanto a esto y por cualquier hostel te cobran lo suyo. Concretamente en Mosque Street justo la calle paralela a Pagoda St; nos alojamos en un antro en toda regla, el Bacpackers Inn Chinatown. Para la segunda parada en Singapur, ya en nuestro viaje de vuelta a Barcelona, tan sólo queríamos un lugar para ducharnos y dejar las maletas tras tres vuelos consecutivos de cuatro horas y una noche tirados en el aeropuerto de Darwin. Al llegar tan temprano a la ciudad, no tenían la habitación preparada y pudimos ver de primera mano los dormitorios comunes donde en un espacio minúsculo dormían hacinados como veinte chinos mientras que otros cocinaban allí mismo. Nos duchamos como pudimos en la única ducha disponible, ahogada completamente de todo un poco. Ya por la tarde pudimos guardar las mochilas en nuestra caja de cerillas en la que había una cama y a duras penas se podía pasar. Sin duda, uno de los lugares más inmundos que hemos visto: sucio, minúsculo y sospechosamente mafioso.
Aunque se trate de Chinatown, todas las culturas tienen cabida aquí y justo en el comienzo de esta calle encontramos el templo indio de Sri Mariamman con su característica torre llena de figuras de color al más puro estilo del sur de la India. No es de extrañar que cada poco tiempo haya alguna celebración y cuando fuimos nos topamos con una ceremonia donde muchos indios caminaban descalzos encima de las brasas. La verdad es que el templo estaba a reventar de fieles y la sensación de pasar de China a la India en un segundo no tuvo precio. Se puede seguir callejeando por las calles adyacentes como Temple St, Trengganu St, o Smith St donde se sitúa el Foodcourt de Chinatown para comer.
El templo quizás más bonito de la zona para no perderse es el Buddha Toot Relic Temple, un templo chino budista cuidado hasta el más mínimo detalle, sobretodo por dentro. Otro templo chino digno de ver el Thian Hock Keng, está en la parte más cercana al Downtown en Ayer St, situado junto a dos mezquitas árabes… y seguimos con la mezcla de culturas.
Otro gran barrio alejado algo del centro es Little India con parada de metro propia y que vendría a ocupar toda la longitud de Serangoon Road. Posee, como no, dos templos indios: el Sri Vadapathira Kaliamman Temple y el Sri Srinivasa Perumal Temple. Como ya comentamos, siempre hay cabida para el resto y es aquí donde se encuentra la Tan Teng Niah una villa china de colores reformada la mar de chula.
A un pequeño paseo se puede visitar el barrio árabe, llamado Kampong Glam. Aunque no es tan grande como los otros dos, vale la pena dar un paseo por sus pintorescas calles llenas de tiendas de alfombras, restaurantes y casas coloniales de colores. Haji Lane, Arab St y Muscat St se encuentran todas ellas una tras otra paralelamente y dan a parar a la mezquita del Sultán con una gran cúpula dorada. Ya más lejos hay una segunda gran mezquita llamada Haijah Fatimah, también en el mismo barrio.
Entre Little India y Kampong Glam está la parada de metro de Bugis con su gran mercadillo donde encontrar un poco de todo. Aunque si lo que se quiere es ir de compras, Singapur cuenta con innumerables centros comerciales de todos los niveles. Sin duda, para centros comerciales lo mejor es dirigirse a Orchard Road donde se suceden uno tras otro decenas de ellos, una exageración y un suplicio para la tarjeta!
Si se disponen de varios días en la ciudad hay otras visitas interesantes como la isla de Sentosa. Aquí se encuentra el Universal Studios Singapore de la misma cadena que los que hay en Florida o Los Ángeles. Es un parque temático cinematográfico, el segundo construído en Asia tras el de Japón. Los jardines botánicos también son dignos de mención aunque como decimos se necesita tiempo ya que están un poco alejados.
Para comer nos decantamos por los hawker, una forma barata, local, de variedad y típica de Singapur. Y que son los hawker? Pues no son nada más que un grupo de establecimientos o puestos de diversos tipos de comida asiática reunidos en un mismo complejo. Cada uno escoge lo que quiere y cuanto quiere de cada puesto, para luego llevárselo a una de las tantas mesas comunes con servicio de limpieza. En Singapur existen infinidad de restaurantes de relumbrón de grandes chefs occidentales y asiáticos, pero si lo que se quiere es gastar poco y comer bien es la mejor opción a nuestro parecer.
Los hay varios y a continuación os proponemos los que nosotros probamos:
Makansutra Glutton’s Bay: está justo al ladito de los Theatres on the Bay y tiene unas vistas privilegiadas de todo Marina Bay y el Downtown ya que está a los pies de la bahía. Merece la pena ir de noche. Quizás es el que vimos más caro de todos, dentro siempre de lo barato aunque esto es muy subjetivo porque depende de lo que uno pida. Los platos de Chili Crab (un cangrejo especiado con chili, plato típico de Singapur) corrían de un lado a otro.
Lau Pa Sat: También se le conoce como Telok Ayer market ya que los puestos están dentro de un antiguo mercado histórico. Está a medio camino entre Chinatown y el Downtown rodeado de rascacielos, concretamente entre Robinson Road y Raffles Quay. Aquí vimos infinidad de sopas que tanto nos gustan y era realmente barato, platos por 3 euros en su mayoría.
Maxwell Food Centre: En Maxwell Road, justo en frente de la salida del templo chino Buddha Tooth Relic Temple. Fue el más barato de los tres aunque también el más suciote, quizás no tan apto para todo el mundo. No había ni un turista y la gran mayoría de puestos eran chinos.
Newton Food Centre: A este no fuimos pero lo teníamos apuntado en la lista. Se sitúa en la parada de metro del mismo nombre, Newton. Cercano a Little India es una buena opción si pilla de paso.
Finalmente decir que si se puede aprovechar durante unas horas, el aeropuerto de Singapur es uno de los que más a gusto nos hemos encontrado. Los suelos de moqueta, máquinas para masaje de piernas gratis, duchas y wifi gratis y unos lavabos limpios como la patena… Desde luego, el aeropuerto de Changi merecería un post a parte, pero eso ya es otra historia.
Singapur ofrece todo esto y mucho más, sin duda merece la pena por ver algo diferente del Sudeste Asiático aun estando en el Sudeste Asiático. Se pasa de una cultura a otra en una misma calle, mezcla de lo moderno y lo colonial, gastronomía infinita… una ciudad que nos ha encantado y en la que nos hubiéramos quedado más días tranquilamente.