Quetzaltenango y el altiplano, cuna indígena de Guatemala

Un manto de nubes cubría el cielo de Guatemala, donde asomaban uno tras otro varios volcanes que nos daban la bienvenida al país centroamericano. Nuestro destino final ese día no era otro que la segunda ciudad en importancia, Quetzaltenango, allí empezaríamos nuestra ruta por los lugares más significativos. Llegábamos al Aeropuerto Internacional de La Aurora en Ciudad de Guatemala tras muchas horas de avión y dos escalas previas en Nueva York y Los Ángeles con no pocos controles. Qué rabia da pasar por ciudades que nos gustan pero no tener tiempo de visitarlas! Tan cerca pero a la vez tan lejos…

El destino hizo que tras mucha incertidumbre acabáramos reservando ese vuelo, el cual resultó ser una ganga que encontramos casi en las últimas semanas antes de partir. Por diversas razones profesionales y logísticas, tuvimos que posponer el viaje que realmente nos hacía ilusión para principios de este año y que nos tuvo en vilo hasta el último momento: México, Guatemala y Belice durante 45 días. Al final nos quedamos con los dos últimos que tampoco está tan mal!

Durante el trayecto Los Ángeles – Ciudad de Guatemala conversamos con la señora que teníamos a nuestro lado, que ya comenzó a advertir de lo peligroso que era su país… El diálogo fue tal que así:

• Señora: Tienen que tener mucho cuidado y no fiarse de nadie, sobretodo usted con esa pinta de “güero”.
• Yo (Robert): Perdón? De qué?
• Señora: Síi! De güero, de gringo! Con esa barba rubia…
• Yo (Robert): Jaja. De acuerdo…
• Señora: Acá, está todo muy peligrosito. Ustedes tomen la “Marquensita” y les lleva directos a Xela. Por allí hay mucho gringo caminando bien a gusto…

Creíamos que exageraría y que no sería para tanto, ya de entrada pensamos que aún con todos sus problemas, Guatemala acoge con los brazos abiertos y la gente es muy amable. En todo caso, días más tarde de camino a Flores, nos acordamos de las advertencias de la señora cuando pasamos una noche sin dormir por culpa de la seguridad.

La primera visión de Ciudad de Guatemala tras salir del aeropuerto, no es la más halagüeña. Es una ciudad bastante gris, contaminada y de la que se oyen casi todas las cosas malas que salen en las noticias y en los periódicos, lamentablemente como en muchas otras capitales de América Central. En cualquier caso esta primera visión, no empañará todo lo que tiene que ofrecer Guatemala y su gente con ese entrañable acento.

Como ir a Quetzaltenango desde Ciudad de Guatemala

En el aeropuerto existen shuttles para casi todos los puntos turísticos más importantes del país. Contra más alejado sea el destino menos frecuencia de horarios hay y además suelen ser más caros que los buses de línea regular.

La otra posibilidad es tomar algunos de estos buses de línea regular que operan desde sus estaciones propias en Ciudad de Guatemala como son Transportes Álamo o Línea Dorada. Para llegar hasta sus estaciones, lo que vimos más conveniente fue tomar un taxi del aeropuerto, ya con precio estipulado según la zona de la ciudad donde vayas. Son seguros y allí mismo ya tienen los horarios de las compañías que te pueden convenir, según la hora de llegada de tu vuelo y tu siguiente destino en Guatemala.

Desde la estación de Álamo en la capital situada en la zona 7, un trayecto en bus de cuatro horas con salida a las 8 de la mañana nos dejaba en Xela por 65 GTQ. Tienen hasta un total de siete salidas distintas entre las dos ciudades. Para la tranquilidad del personal, prohíben expresamente llevar armas encima y hay un cacheo y registro previo del equipaje antes de subir al bus. Nos quedamos con cara de tontos!

A medio camino hacen una parada en el Restaurante Las brasas situado cerca del Lago Atitlán y donde nos metimos entre pecho y espalda nuestras primeras tortillas con frijoles. No se come mal por entre 10 a 25 GTQ.

Quetzaltenango

Quetzaltenango, Xelajú o Xela como la denominan la mayoría de la población en su nombre indígena, se sitúa en el altiplano a más de 2000 m, en un valle rodeado de montañas llenas de cultivos y volcanes como el Zunil o el Santiaguito. El clima suele ser frío y gracias a la fertilidad de sus tierras ricas en sustrato por la actividad volcánica, esta zona se ha convertido en una de las mayores huertas de toda Centroamérica. La población indígena alcanza casi el 100% en la mayoría de sus pueblos pudiéndonos deleitar con el colorido de sus diferentes trajes, cada uno con las telas características de la localidad a la que pertenecen.

Muchas veces no se incluye en los recorridos por el país de la mayoría de turistas, pero precisamente esto y la autenticidad de sus mercados y alrededores, nos atrajo hasta este rincón de Guatemala. Ahora echando la vista atrás, podemos decir que fue una grata sorpresa llegando a ser el lugar más auténtico de todo el viaje y donde nos sentimos más inmersos con la cultura del país. Quetzaltenango es todo un regalo para el viajero.

Qué ver en Quetzaltenango

Parque Central

El Parque Central o Parque Centroamérica constituye el epicentro de la ciudad de Xela y donde a buen seguro se darán unos pasos en nuestra visita. Una gran plaza rectangular con jardines y mucho ambiente de puestos callejeros donde los locales salen a conversar. Aquí podemos encontrar el Teatro Municipal y la Catedral de los Altos o del Espíritu Santo, fundada por los españoles y que ha sufrido diversas transformaciones por un terremoto a principios de siglo XX. El Pasaje Enríquez con algunas tiendas y restaurantes tiene algún extraño parecido con la Galleria de Milan pero en pequeño y también lo podremos ver justo aquí.

Mercados

Existen dos mercados en la ciudad. El primero, Mercado Municipal, se sitúa justo al lado del Parque Central (11 av con 8ª calle) es cubierto y dispone de comedores donde se puede degustar desde ceviche a enchiladas o tortillas. El otro está situado en las afueras justo al lado de la Terminal Minerva, pero es mucho más colorido a parte de inmenso, con todos los puestos de hortalizas al aire libre. No es para nada turístico y si uno se descuida se puede perder entre tanto barullo. Si se toma cualquier bus a algunos de los pueblos de los alrededores de Xela desde esta estación, seguro que se pasa por este mercado de igual nombre y que abre todos los días.

Terminal Minerva

Puro espectáculo! Para llegar hasta aquí se debe tomar algunas de las minivans que suelen ir pasando a grito pelado por la 13ª avenida, justo por detrás del Pasaje Enríquez. Estas minivans que cuestan 1,25 GTQ transportan al paso a todo aquél que encuentren por el camino hasta los lugares más alejados de las afueras, incluyendo la terminal Minerva y el mercado.

En la terminal podemos encontrarnos con hileras enteras de Chicken Bus que parten por los pueblos de toda la zona y van anunciando los destinos a voz en grito, subiendo los paquetes al techo y retumbando con sus viejos motores escupiendo humo negro. El lugar es un caos, pero preguntando no dudarán en indicarnos amablemente el bus que nos corresponde.

En los buses no suele caber ni un alfiler y es todo un pasacalles de vendedores de todo tipo, como el primero que se nos presentó. “Tengo el cuerpo lleno de tinta y las manos llenas de sangre. Pero Dios me ha reconducido y sólo  vengo a venderle a ustedes estas chocolatinas. En otro tiempo les estaría apuntando con un arma o un cuchillo, ahora sólo les pido un quetzal de arroz o de frijol”. Se nos quedó la cara a cuadros…

Para alojarnos nos decantamos por el Casa Renaissance Guesthouse (9ª calle) a pocos pasos del Parque Central por 160 GTQ. Lo lleva una holandesa afincada dese hace pocos años allí y es una antigua casa colonial con un patio y habitaciones antiguas aunque espaciosas. A la chica se le veía algo perdida con el español y con su situación, se notaba que suele hablar casi siempre en inglés con guiris pero era bastante amable y nos ayudó con algunas indicaciones.

Qué comer en Quetzaltenango

Como en muchos otros lugares de Guatemala, no nos olvidamos de probar las delicias de los puestos callejeros: enchiladas, frutas diversas y zumos, tortillas… Se pueden encontrar sobretodo en el Parque Central y en los alrededores de los mercados citados anteriormente. Dentro del mercado municipal también existen comedores con todo tipo de comida guatemalteca.

Como restaurante probamos y recomendamos el As de Lunas (11av con 9ª calle), anteriormente descrito en Lonely Planet como Café Sagrado Corazón. Aquí probamos por primera vez el Pepián de Pollo y la Rosa de Jamaica, buenísimo! Con platos de 20 a 30 GTQ y un buen servicio se llevó nuestro aprecio.

                 

Alrededores de Quetzaltenango

San Andrés Xecul

Desde la Terminal Minerva se puede tomar un bus por 3 GTQ a casi cualquier sitio de los alrededores. Uno de ellos es este pueblecito ya perteneciente a otro departamento y que se encuentra poco más allá de Salcajá.

Si no hay ninguno que llegue directo se puede ir hasta Moreria (3 GTQ) y allí coger una pick up que por 1’5 GTQ nos sube hasta el pueblo, sino el directo Xela – San Andrés Xecul cuesta 4,5 GTQ. Esta fue la primera vez que nos subimos en una camioneta junto con una niña que nos ayudó a localizarla y varios de los lugareños del pueblo. Subíamos a toda pastilla la empinada cuesta con el viento de cara y las caras extrañadas de los niños que se amontonaban en la parte trasera de la pick up. ¿Qué hacen estos gringos aquí?, se preguntarían.

El pueblecito es tranquilo y famoso por su particular iglesia colorida situada en la misma plaza. Es de las más bonitas del país y muestra de la mezcla del sincronismo religioso, un batiburrillo entre el cristianismo y las creencias mayas, reflejado en su espectacular fachada. El predominante color amarillo esconde figuras de animales y en su interior se pueden ver a indígenas rezando ataviadas con su traje típico.

Subiendo la colina encontramos la Capilla del Calvario, pintada con los mismo colores que la iglesia principal y situada en un lugar privilegiado. Desde aquí se ven unas bonitas vistas de todo el valle. Justo al lado hay un crematorio donde los lugareños realizan sus ofrendas y todo el alrededor huele a incienso.

Cada media hora salen buses desde la plaza principal directos a Xela pasando por Salcajá. En esta población se encuentra la iglesia más antigua de Centroamérica, que data del siglo XVI y además es principal productora del Caldo de Frutas (parecido a nuestra sangría) y del Rompopo, dos bebidas típicas de la zona.

Almolonga

Apenas a unos 40 min de Quetzaltenango carretera arriba dirección sur, podemos visitar este pueblo con su colorido y abarrotado mercado. En sus alrededores existen grandes plantaciones de cultivos de todo tipo de horatalizas, verduras y frutas y cada día de 7 a 10 de la mañana los locales van a vender sus productos en los alrededores de la plaza del pueblo.

                          

Habrá que levantarse temprano para tomar cualquier Chicken Bus que recorre la ruta Xela – Almolonga – Zunil y que por el módico precio de 3 GTQ, como siempre nos llevará a destino en un viaje de lo más colorido y variopinto. Estos buses salen de la gasolinera Shell situada en la calle 9 de la ciudad.

Sin lugar a dudas si nos tenemos que quedar con un mercado de Guatemala, escogemos este por su autenticidad. Aquí no se ve a ninguna mujer que no lleve su huipil, su tocado y su traje típico, casi el 100% de la población es indígena y en todo el rato que estuvimos no vimos a ningún extranjero por allí. Poco español se escucha aquí, ya que el idioma maya quiché es el que predomina en las transacciones de los productos en su día a día.

               

Resulta dificultoso moverse por la plaza donde los puestos a ras de suelo lindan unos con otros y allí no cabe ni un alfiler, pero a uno se le queda la boca abierta. El tamaño de los productos que se cultivan por la zona es descomunal, unos rábanos, zanahorias o cebollas del tamaño de Mazinger Z!

El olor a menta y cilantro inunda el ambiente, pero si te entra hambre se pueden degustar unas quesadillas, unos tacos o cualquier plato en los muchos puestos que hay al lado de la iglesia colonial de color blanco cercana a la plaza.

Zunil

Como siempre y ya iba siendo costumbre, el Chicken Bus de turno por 3 GTQ (directo Xela – Zunil 4,5 GTQ), nos acercaría hasta la población de Zunil a unos 15 min de Almolonga. Desde la parada tan sólo es necesario cruzar el puente para llegar a la plaza principal del pueblo y ver otro ejemplo muy bonito de iglesia colonial, esta vez de color amarillo y blanco. Lo malo es la cantidad de basura que también se puede ver desde aquí, algo que se convertiría en una tónica en casi todo el país, sobretodo a los costados de las carreteras.

Como en Almolonga y casi toda la zona, el idioma más utilizado es el quiché (k’iche’) hablado por la mayoritaria población indígena. Una vez más, la inmersión en la cultura local es máxima, tanto que para encontrar al Dios Maximón, principal atractivo de este pueblo, nos las vimos y nos las deseamos a pesar que cualquiera del lugar sabe donde está. Muchas mujeres apenas enlazan unas palabras de español y a pesar de esforzarse por comprenderte, acabamos dando bastantes tumbos hasta encontrar al dios de madera.

Maximón, San Simón o como lo pronuncian los indígenas, “Mashimón” es uno de los dioses más venerados en esta parte del país. Se cree que es la mezcla entre tres personalidades: el dios maya Mam, Pedro de Alvarado conquistador de Guatemala y Judas Tadeo, aunque hay diversas versiones. Como siempre una mezcla entre creencias precolombinas mayas y cristianismo y un dios al que se le venera con devoción y se le viste de una forma un tanto disparatada.

Cada año se encarga de tenerlo en su casa una familia distinta, la cual debe pagar un importe por tenerlo llegando a endeudarse. Para recuperar el dinero cobran una pequeña entrada de 5 GTQ y 15 por las fotos, aunque acabamos dando 5 y se quedaron tan contentos. Para los encargados de cuidar a Maximón es un gran honor y de tanto en cuanto le van dejando ofrendas y realizando pequeñas ceremonias con salmos murmurados en idioma quiché, los cuales pudimos presenciar en directo.

Este año la casa de Maximón estaba bien lejos del centro, al otro lado del río aunque no vale la pena especificar mucho, puesto que cada mes de Mayo cambia de lugar. Nos costó sudor y lágrimas encontrarlo, pero llegamos para ver a la figura de Maximón, sentada en su altar y rodeado de velas, con gafas de Sol, sombrero Cowboy y un pañuelo que le cubría medio rostro. El aspecto es bien peculiar e incluso gracioso, se asemeja a un magnate del petróleo americano la verdad.

Cuando nos quisimos dar cuenta, tras rodearlo de incienso y murmurarle unas palabras, el hombre y la mujer que se encargaban le descubrieron el rostro y lo inclinaron para atrás… para qué? Pues ni cortos ni perezosos le metieron un lingotazo de aguardiente por el orificio que tenía en la boca la figura. Vamos, que Maximón es un buen perla, bebe y fuma como un carretero jeje.

Fuentes Georginas

En toda la zona existen diversos baños naturales de agua caliente provenientes de la actividad volcánica cercana. En esta zona con tantos volcanes no es de extrañar que se haya aprovechado la acción de la naturaleza para uso propio. Las Fuentes Georginas de Zunil son uno de estos baños y merece la pena el desplazamiento hasta las altas montañas, para disfrutar de un merecido descanso rodeados de naturaleza.

En Zunil encontraremos alguna pick up que nos ofrecerá sus servicios para cubrir los casi 10 km que hay hasta las fuentes. Cobran un precio fijo de 50 GTQ ida y vuelta, sean dos o tres personas las que se suban en la parte trasera de la camioneta. Decir que el paisaje hasta llegar a la cumbre es espectacular, pudiendo ver un clima y unos alrededores que cambian completamente en cuestión de minutos, pasando del calor y el secano hasta la humedad y la vegetación tropical que hay arriba. Por el camino se pueden ver grandes extensiones de cultivos con diferentes tonalidades de verde y la gente faenando en sus parcelas.

Sólo el mero hecho de ir a toda pastilla de pie en la pick up ya bien merece la subida hasta Fuentes Georginas, pero todavía falta lo mejor. Conviene ir por la mañana pues todo se ve más despejado y prácticamente se está sólo hasta las 11, justo cuando comienza a venir más gente.

La entrada a las fuentes cuesta 50 GTQ y consisten en diversas piscinas a diferentes temperaturas aunque todas están bastante calientes, la más grande que da a la misma pared de la montaña está especialmente ardiendo, dependiendo de la época.

Subida a volcanes

Por cuestiones de tiempo no pudimos realizar en Xela ninguna subida a un volcán, pero están entre las actividades más populares. Quizá el más sencillo y que ocupa una mañana sea el volcán Santiaguito, desde Llanos del PInal. El volcán Santamaría o el Tajamulco exigen treekings que van de un día hasta varios, dependiendo si se hace noche, aunque ya habría que contactar con alguna agencia local de tours por la zona.

Como véis, Xela y sus alrededores es una de las regiones con una cultura maya muy arraigada, auténtica y donde la amabilidad premia al que viaja hasta allí. Se puede disfrutar de la naturaleza, de los paisajes y de esa huerta que tienen, una de las más importantes de América Central. Para nosotros fue un «must» de Guatemala.