Con arena en la mochilaEuropaNoruegaPreikestolen Noruega

Continuábamos nuestra ruta por Noruega tras haber dejado atrás Eidfjord por la carretera panorámica E13 y con un día soleado que no imaginábamos ni en el mejor de los escenarios. El objetivo de esa tarde, era llegar para la hora de dormir lo más cerca posible del Preikestolen y poder así comenzar de buena mañana la subida al púlpito. Para ello tomamos de bajada esta carretera que bordea una de las últimas ramas del Hardangerfjord a lo largo de una costa llena de pueblecitos dedicados a la huerta. Si algo nos sorprendió, fue ver la gran cantidad de manzanos a tan altas latitudes por toda esta zona.

Hardangerfjord Noruega

Hardangerfjord Noruega

En uno de estos pueblos, Kinsarvik, aprovechamos para comer y sacar del maletero nuestra gran variada dieta de embutidos y pan bimbo, la cual no tenía límites. En este pueblo, de haber tenido un poco de tiempo, hubiéramos podido realizar la llamada Excursión de las cuatro cascadas, un pequeño trail que sale desde aquí a través del valle de Husedalen. En cambio seguimos nuestro recorrido hacia el sur hasta llegar a Odda, disfrutando de las vistas que se veían a la otra orilla del fiordo con el Folgefonna National Park y su nieve perpetua en la cima de las montañas.

Hardangerfjord Noruega

Odda no tiene nada en especial, de hecho la rodean varias zonas industriales nada bonitas, pero desde aquí se empieza el largo trekking hasta el Trolltunga o “Lengua del troll”, quizás el mirador más impresionante de Noruega y el de más difícil acceso. Casi 22 km y de 10 a 12 h de caminata para llegar a un saliente situado a más de 1000 m, ahí es nada!

Desde aquí también se puede visitar el Folgefonna National Park que ya veníamos viendo de camino. Fue inaugurado hace relativamente poco, en 2005 y es conocido por tener el tercer glaciar más grande de Noruega. Sus puntos más importantes de visita son los valles de Bondhusdalen y Buerbreen y de camino vimos tan sólo el principio del segundo, con su nieve presente todo el año en lo alto de la cima.

Folgefonna National Park Noruega

A unos km tras Odda nos encontramos casi de sopetón con las Latefossen, las últimas cascadas que veríamos en este recomendable viaje, aunque parezca mentira tras haber visto una infinidad de ellas. Este par de cascadas gemelas caen literalmente bajo la carretera pasando por debajo del túnel que forma el camino. Al pasar con el coche tenemos un lavado gratuito al instante. Hay un pequeño parking habilitado para parar y hacer fotos o descansar un rato al lado del río.

Latefossen Noruega

Latefossen Noruega

La tarde discurría tranquila con el Sol que bañaba el increíble paisaje lleno de lagos, bosques interminables y montañas de color verde que nos acompañaban en nuestro camino hacia el sur. No fue hasta llegar a Knutsvik donde tomaríamos nuestro primer ferry (103 NOK) para llegar hasta la otra orilla en Hjelmeland y proseguir el camino.

Ya nos quedaba menos para llegar de nuevo hasta otro lugar de acampada que todavía desconocíamos, y el atardecer estaba cerca. A pocos km de Tau y Jorpeland, ya en los alrededores del Lysefjord y el Preikestolen, preguntamos a unas ovejas que nos cortaron el paso. Oiga usted sabe como se llega al Preikestolen?  Las muy lanudas sudaron de nuestra cara y obtuvimos silencio por respuesta, el mismo silencio que llevábamos toda la tarde escuchando lejos del tráfico de la ciudad y el estrés.

Noruega

Noruega

Noruega

Algún puerto de montaña más y llegamos hasta Jorpeland, un pueblo orgulloso de estar en un enclave privilegiado, además de tener el Preikestolen y una calidad de vida que pinta bárbara. El nivel que hay allí es de alto copete, unas casas preciosas en un entorno natural igual de bonito. Siguiendo las indicaciones, nos vamos directos hacia la Preikestolen Fjellstue, un albergue de montaña situado justo donde comienza la caminata al púlpito. Ilusos de nosotros, el hecho de que pertenezca a la red internacional Youth hostels nos hizo pensar que tendría un precio permisivo para poder dormir una noche en cama… pero no. Nos piden al cambio 120 euros del ala por una habitación con baño compartido y salimos de allí como si hubiéramos visto al mismísimo diablo.

Unos 4 km más abajo habíamos dejado nuestro «plan B», el Preikestolen Camping. Tras pedirnos un precio más moderado (280 NOK) por una parcela con electricidad y acceso a las duchas, nos decidimos quedar. El tiempo sigue siendo magnífico pero se acerca la noche, aunque nos da tiempo de sobras para montar nuestra tienda y comprobar que el tiempo para el día siguiente seguiría siendo bueno. El camping es bastante grande y con una situación bastante buena, instalaciones de duchas y lavabos muy correctas y con parcelas para tiendas, furgonetas, autocaravanas y alguna cabaña. Cae la noche y el frío hace acto de presencia, pero que calentito se está dentro del coche…!

Subida al Preikestolen… no veas con el rocón

Suena la alarma y todavía está oscuro, son poco más de las 6 h de la mañana y recogemos todo para empezar la caminata lo antes posible. No descubrimos nada si decimos que el único truco para ver el púlpito con las menos personas posibles a tu alrededor, es levantarse bien temprano para librarse de todos los autocares que vienen directos desde Stavanger. Recorremos de nuevo los 4 km hasta Preikestolen Fjellstue y dejamos el coche en el parking a esas horas prácticamente vacío, 150 NOK menos y empezamos a caminar. El comienzo de la caminata está bien señalizado, empieza en el llamado Preikestolhytta Vandrerjhem, el nombrecito se las trae.

Preikestolen Noruega

Preikestolen Noruega

Lo más difícil ya estaba hecho, quitarnos la modorra y empezar a estirar las piernas. Tan sólo nos quedaban casi 2 h de “dulce” subida hasta el mirador más famoso de Noruega, o 3800 m por recorrer con un desnivel de 334 m. El camino nos fue dejando imágenes muy bonitas en un día soleado, desde donde los primeros 500 m de subida ya veíamos a lo lejos la ciudad de Stavanger.

Pasamos por algunos bosques, llanuras inundadas, y sobretodo subidas bastante empinadas con rocas desparramadas por el camino a seguir. Aquí quizá es donde hay que tener más cuidado para no torcerse un tobillo y lanzar al traste todo el tinglado. Apenas nos encontramos con nadie hasta que no llegamos a los lagos, ya situados a tan sólo 1300 m del final. Aquí el paisaje se asemeja mucho a la típica tundra y hay algunos que se llevan la tienda de campaña para pernoctar en la orilla de estas pequeñas albercas, sin duda el lugar lo merece.

Preikestolen Noruega

Preikestolen Noruega

Preikestolen Noruega

Proseguimos para dar el último empujón y comenzamos a divisar desde las alturas el Lysefjord, a la par que bajan algunos cargados hasta los topes que han decidido ver el amanecer desde arriba. El último tramo pasa por unas rocas de granito bastante grandes y se comienza a divisar ya la importante altura. Ya sólo nos queda el último repecho por la cresta y de repente lo empezamos a ver, otro lugar más que hayamos visto en tantas fotos y de repente lo tenemos en frente de nuestras narices, el puñetero Preikestolen!

Preikestolen Noruega

Nuestra sorpresa va en aumento cuando nos damos cuenta que somos tan sólo seis personas para el rocón. Realmente ha merecido la pena el madrugón. Ahí está esa plataforma de 25 m x 25 m casi para nosotros solos, con un silencio sepulcral y 604 m por encima del fiordo. Son las 8 h 30 min de la mañana y ya llegamos a la meta! Como cualquiera que va hasta allí, la recorremos por todos lados, exploramos su grieta (esa que dicen los expertos que algún día cederá) y flipamos con las vistas que hay.

Preikestolen Noruega

Lo que que no hacemos, es tomar el ya típico riesgo de sentarnos en el borde con las piernas colgando, bastantes riesgo hay ya en la vida como para que venga otro despistado haciéndose un selfie y te empuje sin querer. Pasando de estas cosas, como mucho nos acercamos a rastras para asomarnos al límite, la caída es de campeonato señores. Al cabo de un rato subimos por el caminito que hay hasta más arriba, desde donde se ve la plataforma en todo su esplendor y la gente empieza a llegar poco a poco. Volvemos a la plataforma y tras un rato de descanso y unas últimas fotos, arrancamos con la bajada.

Preikestolen Noruega

Preikestolen Noruega

La dinámica a partir de las 10 h cambia radicalmente. El camino se hace intransitable y la subida por el estrecho caminito hasta el Preikestolen parece la Ronda de Dalt en plena hora punta. Empujones, muchos gritos de colegiales, gente que no respeta, alguno que hecha el higadillo… En definitiva, lo repetimos pero vale mucho la pena, toca levantarse temprano si se quiere disfrutar de esta maravilla en un entorno más relajado.

Previa parada en los laguitos para refrescarnos los pies, llegamos más o menos frescos hasta el parking que a esas horas ya está lleno de autocares que vienen desde Stavanger en los tours de un día de ferry y bus. Nosotros hacemos el camino inverso y acabamos llegando al ferry de Tau a media mañana, que en unos 40 min nos deja en el puerto de Stavanger.

Preikestolen Noruega

Preikestolen Noruega

Preikestolen Noruega

Stavanger

Teníamos por delante algunas horas para visitar esta ciudad portuaria del sur del país. Nada más salir del puerto y aparcar, nos encontramos con el Norske Oljemuseum o Museo del Petróleo, un edificio de bonito diseño que explica el auge de la explotación del petróleo en las últimas décadas por parte de Noruega, una de sus principales fuentes económicas. A su lado está el Geoparken, dirigido especialmente a los niños y construido a base de piezas inmensas de instalaciones petrolíferas pintadas con graffitis.

Geoparken Stavanger

Museo Petroleo Stavanger

Stavanger Noruega

Seguimos caminando en dirección al muelle no sin antes pasarnos por la colorida Ovre Holmegate, una tranquila calle llena de terrazas en la que la curiosidad reside en sus fachadas pintadas con colores vivos. Hace relativamente poco, en 2005, un peluquero del barrio decidió dar un toque de color a su negocio animando consigo al resto de comerciantes y hoy en día, es uno de los puntos más animados del centro de la ciudad.

Ovre Holmegate Stavanger

Ovre Holmegate Stavanger

Ovre Holmegate Stavanger

Llegamos hasta el muelle de Skagen, para comprobar que a pesar del buen día que hace, la mayoría de terrazas ya están cerradas en esta época. Pasamos por la torre Valberget que servía como torre de vigilancia anti incendios. Y es que no sabemos qué pasa en este país con los incendios pero al igual que en Bergen, en esta ciudad la mayoría de casas de maderas en Skagen ya no se mantienen en pie por este motivo. Nos damos un agradable paseo por la zona hasta llegar a la catedral, la Stavanger Domkirke, construida enteramente de piedra y que data de 1125.

Skagen Stavanger

Skagen Stavanger

Al otro lado del muelle vamos hasta Gamle Stavanger, previo paso por la oficina de turismo situada justo a los pies de este barrio. Al igual que la de Bergen, está muy bien organizada con posibilidad de hacer reservas y además hablan español. El barrio viejo de Gamle Stavanger, conserva en unas pocas calles una serie de casas de madera de color blanco que parecen casitas de muñecas. La mayoría de estas casas han sido restauradas y datan del siglo XVIII dando la imagen de un pueblo en pleno centro de la ciudad. Prácticamente, todas tienen un jardín cuidado a la perfección y a pesar de no ser muy grandes, llegan a costar la friolera de 1 millón de euros o más!

Gamle Stavanger

Gamle Stavanger

Antes de abandonar la ciudad quisimos pasarnos por un monumento situado a las afueras, el Sverd i Fjell, representativo de la unificación del país bajo un mismo mando. En la orilla del pequeño Hafrsfjord, se encuentran tres espadas de 10 m incrustadas en la roca, conmemorando la batalla que tuvo lugar aquí en el año 872. La más alta representa al rey Harold que acabó reinando en toda Noruega y las otras dos a los reyes vencidos. Con esta imagen de las tres espadas vikingas y el Sol de fondo en un día más que agradable, el viaje a Noruega iba llegando a su fin.

Sverd i Fjell Stavanger Noruega

Sverd i Fjell Stavanger Noruega

Sverd i Fjell Stavanger Noruega

Ya tan sólo nos quedaban unos cuantos km hasta llegar a Bergen, nuestra puerta de entrada y salida a esta parte de Escandinavia. Por el camino nos seguiríamos maravillando con más puentes, túneles bajo el mar y otros dos ferrys más (214 y 287 NOK) que se encuentran en el camino por la costa que une las dos ciudades. Noruega nos había cautivado tanto en pocos días que enseguida nos planteamos una continuación. Qué será para la próxima? Las islas Lofoten, las auroras boreales del norte o las lejanas Svalbard… no lo sabemos pero seguro que volveremos!

3 comentarios

  1. Tuve la oportunidad de visitar el Preikestolen en un viaje que hice a Noruega y es un lugar espectacular. Esos paisajes naturales son increíbles.

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