El buceo en el Mar Rojo abarca un amplio abanico de posibilidades en Egipto. Existen bastantes rutas tanto al norte como al sur, con modalidades de buceo distintas y posibilidades de ver fauna variada. También en los últimos años se realiza más buceo recreativo en el vecino del sur, Sudán, mucho menos explotado y que ofrece otros matices dentro de este mar lleno de sorpresas.
Claro está, se pueden realizar inmersiones locales desde los alojamientos costeros, pero sin duda merece la pena realizar un vida a bordo para ver el Mar Rojo en todo su esplendor. Las distintas rutas suelen durar 7 días y se realizan entre 18-21 inmersiones. Estas pueden estar más centradas en arrecifes, pecios o pelágicos, por ejemplo. Los puntos de partida suelen ser Sharm el Sheikh, Hurghada o Marsa Alam (Port Ghalib).
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Rutas de buceo en vida a bordo por el Mar Rojo
Como indicábamos más arriba, las rutas varían en su enfoque dependiendo del lugar de partida y en lo que uno esté más interesado en ver. En cualquier caso, en nuestra opinión no hay ruta mala, dependerá más de la suerte que se tenga. Como siempre, el mar no es un zoo y el Mar Rojo no es la excepción, pero creemos que es un lugar que no puede decepcionar en ningún caso.
A grandes rasgos, se podría decir que mientras más al sur del Mar Rojo, menos barcos y menos buceadores en los puntos de inmersión. También es cierto que Hurghada y Sharm el Sheikh son de más fácil acceso y están cerca de puntos conocidos como el Parque Nacional Ras Mohamed o el pecio Thistlegorm, con lo cual es normal que acumulen más gente. De hecho, desde ambas tienen muchos puntos en común.
Por otra parte, dependerá también del barco y la empresa que se elijan, porque aunque las rutas sean parecidas siempre hay algunos puntos que cambian o se combinan. Cada temporada evoluciona.
Sin más rodeos, aquí dejamos a continuación un resumen de lo que se puede ver partiendo desde cada uno de los tres puntos citados.
Desde Sharm el Sheikh (rutas del norte)
Se sitúa en el extremo más al sur de la Península del Sinaí, justo al lado el estrecho de Tirán y entre el Golfo de Aqaba y el de Suez.
Sus puntos de interés son:
- Parque Nacional Ras Mohamed, ideal para bucear en arrecifes plenos de vida y para todos los niveles.
- Estrecho de Tirán, arrecifes que se suelen combinar con Ras Mohamed en las rutas más clásicas.
- Pecios SS Dunraven, Abu Nuhas, Thistlegorm y Gubal.
- Dahab, Nuweiba, Ras Mamlach y Ras Abu Galum. Arrecifes de la ruta norte que discurre por el Golfo de Aqaba.
Desde Hurghada (combina el norte y el sur)
Dada su situación en el centro – norte de la costa egipcia, resulta una excelente ubicación para combinar lo mejor del norte y el sur del Mar Rojo.
Sus puntos de interés son:
- Pecios Salem Express, Dunraven, Thistlegorm, Rosalie Moller, Ulysses y Abu Nuhas.
- Parque Nacional Ras Mohamed. Al no estar excesivamente lejos se incluye en algunas rutas.
- Estrecho de Tirán y estrecho de Gubal. Este último más cercano a Hurghada y que engloba arrecifes y pecios.
- Safaga. Ciudad al sur de Hurghada con el pecio Salem Express y arrecifes en Abu Kafan.
- Brothers, Elphinstone y Daedalus. Islas más al sur para el encuentro de pelágicos, generalmente buceo en pared.
Desde Marsa Alam o Marsa Ghalib (Port Ghalib) (rutas del sur)
Aunque se llegue generalmente al aeropuerto de Marsa Alam, los barcos parten desde el puerto de Port Ghalib. Se sitúa en la misma línea de costa que Hurghada pero mucho más al sur.
Sus puntos de interés son:
- Islas Brothers, Elphinstone y Daedalus.
- Safaga, Salem Express y Abu Kafan.
- Abu Dabbab, arrecifes muy cercanos a Port Ghalib.
- Saint Johns y Fury Shoal, arrecifes más al sur en la frontera con Sudán.
- Zabargad y Rocky Island, islotes para el encuentro de pelágicos.
Condiciones de buceo en el Mar Rojo, Egipto
El buceo en el Mar Rojo, es una gozada en términos generales. No vamos a descubrir el mundo si decimos que las condiciones suelen ser las que todo buceador puede tener en mente cuando hablamos de condiciones óptimas. Buena visibilidad, temperatura del agua y del exterior agradables y un mar que pudiera parecer un acuario por momentos.
En invierno el mar puede estar bastante movido haciendo la navegación a puntos más lejanos un tanto menos placentera. Los vientos entran con ráfagas fuertes y no me quiero imaginar lo que debe ser. Nosotros en pleno junio ya vimos una noche de lo que es capaz el Mar Rojo y el barco parecía una maraca.
En los vida a bordo se obliga al buceador a tener odernador de buceo, boya de señalización y mínimo una linterna por pareja. Resulta importantísimo y muy práctico. Casi todos los barcos disponen de Nitrox gratuito. Además, en algunas rutas como esta del Triángulo de Oro se exige un mínimo de 30 inmersiones realizadas por orden de las autoridades egipcias y certificado Advanced Open Water o similar.
- Mejor época de buceo: entre Mayo y Octubre, sobretodo entre Julio y Septiembre.
- Temperatura del agua 22 – 30º.
- Visibilidad: 15 – 40 metros
- Corrientes: dependiendo del lugar de inmersión pueden ir de nada a nivel infierno.
- Profundidad: hasta 45 metros en general.
Nuestro barco, el Emperor Asmaa
Allá por 2007, realizamos un viaje al Egipto de los faraones con un piscolabis de Mar Rojo. Allí fue donde realizamos algunas inmersiones locales en Hurghada con la compañía Emperor, que tiene bases y barcos como para parar un tren.
Emperor es de habla inglesa aunque en ocasiones tiene guías que hablan en español como fue nuestro caso.
El barco que nos tocó en esta ruta fue el Emperor Asmaa. Es una embarcación medianita para 20 buceadores máximo. No es la más lujosa ni la más nueva, pero tiene todo lo necesario y la tripulación lo llevaba todo a rajatabla. Comida egipcia e internacional de sobra en buffet, para que no te quedes con hambre. Los camarotes pequeñitos pero apañados.
La verdad es que estuvimos muy a gusto. Sol, buceo, dormir y comer. Ese es el ciclo de unas verdaderas vacaciones antiestrés. Suelen sacar ofertas de última hora y el precio era imbatible.
Brothers, Daedalus y Elphinstone: En busca de pelágicos y lo que aparezca…
En nuestro caso la ruta elegida fue la del conjunto de islas más famoso del Mar Rojo. Tras haber leído bastante, esta ruta nos proporcionaría una buena mezcla de todo un poco, aunque estaría más centrada en el encuentro de pelágicos. Es difícil elegir y poder ver todo, pero realmente no nos arrepentimos en absoluto.
La ruta denominada por Emperor llevaba el nombre de Red Sea Sharks. Dentro de la zona sur del Mar Rojo priorizaban bucear en puntos donde hubiera habido avistamientos de tiburones recientemente en sus últimos vida a bordo. En nuestro caso nos tocaron los tres puntos que teníamos más ganas de ver: Brothers, Daedalus y Elphinstone. Al ser una ruta abierta podría haber variado e ir más hacia el sur hasta Rocky Island, Fury Shoal o St. Johns. En todas ellas el encuentro con longimanus, martillo, grises o en ocasiones el tiburón ballena no está asegurado, aunque tiene bastantes probabilidades.
El Mar Rojo no es el mejor lugar para ver grandes «bichos» como pudiera ser Galápagos, Sudáfrica o Revillagigedo pero haberlos «haylos». Esta innovadora ruta la vimos una buena opción para exprimir las posibilidades de ver un poco de todo y en definitiva es lo que buscábamos. Echando la vista atrás pienso que en esta lotería que son los mares y océanos, esta vez tuvimos bastante suerte.
Pudimos disfrutar de todos los puntos con bastante calma en pleno mes de Junio. Un clima veraniego sería la antesala para disfrutar de los pecios, arrecifes en pared espectaculares, bastante bicho grande y Mar Rojo a 360 grados.
Llegada a Marsa Alam (Port Ghalib)
Esta ruta se puede realizar tanto desde Hurghada como desde Port Ghalib. Nosotros volamos hasta el aeropuerto de Marsa Alam para llegar al Mar Rojo. Este aeropuerto internacional recibe vuelos directos desde Europa. Pudimos viajar desde Barcelona via Zurich con Edelweiss y en unas pocas horas estuvimos allí. Todo ello, sin necesidad de pasar por El Cairo o Hurghada, o tener algún transporte extra por carretera.
El aeropuerto está lejos de la ciudad de Marsa Alam, pero a escasos km del puerto donde esperan los vida a bordo. La verdad es que resultó muy cómodo llegar en unos minutos hasta lo que sería nuestra casa para los próximos 7 días. Port Ghalib es una población un tanto de «cartón piedra». Todo allí gira entorno a la marina donde están los barcos y algunos resorts.
Tanto el primer día de ruta como el último hay tiempo para dar un paseo por este lugar, que por momentos no te hace ver que estás en Egipto. No faltan restaurantes internacionales, tiendas de souvenirs y todo lo que conlleva el turismo. Todo muy limpio por cierto, un pequeño «oasis» en medio del desierto.
Rumbo al norte hacia Islas Brothers. Primeras inmersiones en Ras Torombi
El primer día y a un corto trayecto hacia el norte de Port Ghalib, realizamos un par de inmersiones de iniciación. Estas inmersiones son las típicas para distribuir los grupos y que los guías vean un poco a todo el mundo bajo el agua. Aunque suelan ser las más «facilongas«, sabiendo que estamos en el Mar Rojo, Ras Torombi fue un buen punto de introducción a la fauna de arrecife que allí se encuentra.
Este arrecife costero estaba rodeado por un fondo arenoso a 15 – 20 m. Aquí fuimos descubriendo algunos de los típicos protagonistas del Mar Rojo. Morenas de color blanco, peces payaso en su anémona, rayas de anillos azules e incluso un gran pez roca con cara de haberse comido una ballena. Más de una hora en cada inmersión con el agua calentita a 27 grados. Aquello prometía.
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Islas Brothers (Al Ikhwan): La joya de la corona del Mar Rojo
Las Islas Brothers, tan sólo son dos «peñascos» en mitad del mar, pero valga decir que nos encantaron con mayúsculas. Son una puñetera maravilla y no sé ni como empezar a describir todo lo que llegaron a dar de sí. Un azul infinito, arrecifes llenos de vida, pecios históricos, adrenalina pura y la visita más esperada del tiburón oceánico de puntas blancas, el señor Longimanus. ¡Muchos longimanus!
Estas dos pequeñísimas y rocosas islas deshabitadas se encuentran en mar abierto y a 67 km del punto más cercano a la costa egipcia, El Quseir. Lo más característico es el faro que construyeron los ingleses en la más grande (Big brother) en 1883. La más pequeña (Little Brother) si sitúa a 1km hacia el sur y no hay absolutamente nada.
En cualquier caso, lo verdaderamente importante está bajo el agua ya que los arrecifes que rodean ambas islas caen en picado hasta las profundidades del Mar Rojo y son el hogar de muchas especies características, grandes y pequeñas.
Little Brother: Territorio Longimanus
En Little Brother llegamos a realizar hasta 5 inmersiones en los dos primeros días. A pesar de su pequeño tamaño, lo que se puede llegar a ver cambia por momentos, según la corriente y el punto de inmersión. Sin duda alguna, la gran estrella fueron los Tiburones oceánicos de punta blanca, más conocidos por Longimanus (Carcharhinus Longimanus).
Son tiburones que destacan por sus grandes aletas pectorales y otra grande dorsal, de formas redondeadas y que terminan en punta blanca. No suelen exceder los 3 metros y el cuerpo es bastante robusto, con un morro también redondeado. Están presentes en mares y océanos tropicales y, por supuesto, al igual que otras muchas especies, está amenazado por la pesca masiva. La sopa de aleta de tiburón sigue haciendo estragos por todo el planeta.
A estos «pezqueñines» tuvimos el placer de verlos en todas las inmersiones salvo en una. Incluso la noche que pasamos anclados a Little brother, merodeaban alrededor y se veían perfectamente con el foco del barco. Son pelágicos pero suelen subir hasta bien arriba, dando oportunidad de verlos casi en la superficie. Generalmente, van acompañados por su escuadrón de peces piloto siempre fieles.
Nos gustó mucho la cierta «libertad» que nos daban los guías para movernos entre los Longimanus. Solían aparecer en escena al principio o al final de la inmersión y gracias a la gran visibilidad ya se veían venir de lejos. No son tiburones asustadizos y ellos mismos venían hacia el grupo acercándose sin problema. Manteniendo las pautas lógicas no debe haber ningún problema a pesar de ser un animal impredecible. Utilizar la lógica: no huir ni perseguirle, no dar la espalda, no tocarlos, no realizar gestos bruscos, no situarse por encima suyo etc…
Al parecer nos comentó el guía que la semana anterior un Longimanus había mordido en la pierna a un buceador. Esta persona parece que se asustó al acercarse el animal y quiso huir aleteando hacia arriba, algo totalmente desaconsejado. En cualquier caso, reitero que buceando con tranquilidad y dejando el espacio necesario al animal no tiene que haber problema y se puede disfrutar de ellos en excelentes condiciones.
Variedad de fauna en Little Brother
En cuanto a las inmersiones, Little Brother presenta una pared de arrecife prácticamente desde 0 hasta 40m. Fueron inmersiones de 60 min o un poco más, a 28 perfectos grados y un máximo de 35 m. Nos ofreció toda la fauna más típica de arrecife presente en el Mar Rojo que a uno se le ocurra: morenas, tortugas, algún tiburón gris de arrecife despistado, peces cirujano, pez ángel, pez Napoleón o pez payaso.
Cabe destacar que a 40 m de profundidad al suroeste de la isla, existe una plataforma submarina donde se suelen ver tiburones zorro. Echamos un vistazo en dos ocasiones pero no hubo suerte. La suerte con el zorro nos vino en la siguiente isla, Big Brother.
Big Brother: El cementerio del Numidia y el Aida
La Big Brother tiene una fauna muy parecida a Little Brother, pero con el plus de poder bucear en dos pecios que yacen casi uno al lado del otro, al noroeste de la isla. En total realizamos 4 inmersiones en dos días distintos con el avistamiento del tan ansiado tiburón zorro, más Longimanus un tanto puñeteros y la espectacularidad de ver estos barcos fantasmas.
El paisaje subacuático de Big Brother es igual que el hermano pequeño. Se trata de una isla totalmente rodeada de coral duro prácticamente desde la superficie. Nada más entrar al agua, una inmensa pared cae hasta las profundidades del Mar Rojo. La sensación dada la buena visibilidad es la de volar en un vacío inmenso. Agua a 28 grados y corriente leve, es como una piscina pero de tamaño descomunal.
Pecio Numidia
Al igual que muchos otros en el Mar Rojo, este cargo británico yace en la isla de Big Brother para disfrute de los buceadores. El barco impactó con la parte más estrecha de la isla en 1901, en un viaje desde Liverpool hasta Calcuta, una vez ya pasado el canal de Suez.
Con sus 137 m de largo, hoy en día reposa en vertical en el mismo lugar del accidente, llegando hasta los 80 m de profundidad. En nuestro caso llegamos hasta los 40 y apenas atisbamos a ver la popa en el fondo. Resulta espectacular verlo nada más entrar al agua mirando hacia arriba. Es a partir de los 10 m cuando se encuentran los primeros restos y la vista de casi todo el barco se hace presente. Actualmente tras tantos años, el barco es un ecosistema en sí mismo, con toda su cubierta forrada literalmente por coral.
Pecio Aida
Este cargo francés de 1911, impactó con la Big Brother en 1957 en medio de una tormenta cuando intentaba aproximarse a la isla para un intercambio de material y personal. Más pequeño que el Numidia con 75 m, también se encuentra en vertical en el lado noroeste a no mucha distancia del primero.
En cuanto a la inmersión, la gran diferencia es que el barco yace entre los 28 y los 60 m, excepto algunos restos del motor que se encuentran a tan sólo 4-8 m. También está completamente forrado de coral duro y blando y como fue nuestro caso, se suelen ver algunos Longimanus por la zona. Nuevamente se llegó hasta un máximo de 40 m.
Plataforma de pelágicos en Big Brother
En Big Brother también se encuentra una plataforma a unos 40 m en la parte sureste de la isla, justo debajo donde los barcos atracan. Debido a esto, resulta muy fácil realizar una entrada directa desde el barco justo encima de un lugar situado en una punta de lanza donde podemos encontrar animales interesantes.
En este punto realizamos dos inmersiones protagonizadas por el tiburón zorro y los Longimanus nuevamente. El primero nos hacía especialmente ilusión ya que en nuestro buceo de Malapascua en Filipinas no pudimos encontrarlo ni en dos ocasiones (y eso que en Monad Shoal está bastante a huevo…). El Mar Rojo, nos regaló esta sorpresa a 37 m cuando no lo esperábamos. Impresionante la cola de este tiburón que ejerce como un látigo para rematar a sus presas. Cerquita nuestro pasó hasta perderse en el azul.
La segunda inmersión en este punto era libre, ya que cada buceador podía elegir entre irse hacia el arrecife o ir hacia dicha plataforma. Lo más destacado fueron los dos Longimanus que nos encontramos, concretamente el que salió por sorpresa a unos 30 m. Salió de la nada directo hacia mi para hacer un giro endiablado en el último momento. Seguidamente se fue hacia Ely y otros compañeros situados unos metros más abajo para luego dar media vuelta e irse.
A duras penas conseguí hacer un par de fotos pero el momentazo fue de órdago. Es una de aquellas imágenes que quedan de por vida. El azul, tú y un escualo en frente tuya sonriéndote jeje.
Daedalus (Abu Kizan): Buceando a golpe de martillos
El arrecife de Daedalus nos pareció un lugar místico dentro del Mar Rojo. Por su soledad y su lejanía, resulta ser uno de esos sitios con sensación del «fin del mundo». Para llegar hasta allí, pasamos quizá una de las dos peores noches que recordamos en un barco. La otra fue en el vida a bordo por la Gran Barrera de Coral de Australia. Daedalus se sitúa a 90 km en mar abierto desde Marsa Alam y a unas 10 horas de navegación desde las Islas Brothers, casi nada.
¿Cómo describir esa noche? Hasta bien entrada la madrugada fue imposible pegar ojo, porque literalmente saltábamos en la cama. Al asomarnos por la ventanilla sólo veía agua y más agua y las grandes olas hacían que la proa del barco impactase fuerte al caer. Así pasaron varias horas, cada uno agarrado como podía a la mesita de noche y evitando ser propulsado hacia el techo. Nos echamos unas risas pero fue cansado de narices. Cuando despertamos y vimos ese reconocible faro y ese azul turquesa supimos que por fin habíamos llegado. Nos esperaban con un poco de suerte, los tiburones martillo.
Este arrecife de unos 400 m de largo, tiene en su cima una pequeña mini isla artificial con un faro construido en 1863. Hoy en día sigue siendo utilizado por la marina egipcia. De hecho, por la tarde tuvimos la posibilidad de subir, ya que desde arriba las vistas del arrecife son espectaculares, realmente muy bonito.
Daedalus es conocido por los tiburones martillo, pero a parte pueden encontrarse otros pelágicos como manta birostris, tiburón zorro, Longimanus, o bancos de carángidos y atunes. En total fueron 3 inmersiones de entre 55 – 60 minutos con una temperatura «sopa» de 29º grados, a una profundidad entre 35 – 40m. Se realizaron todas en la cara norte y noroeste del arrecife, donde hay más corriente y también más vida.
El baile de los tiburones martillo
Tuvimos suerte de ver a los tiburones martillo en dos de ellas. Eso sí, tuvimos que ir a buscarlos dejándose llevar por la corriente bien profundo. No es un lugar como Galápagos donde se encuentran en grandes bancos, sino que suelen moverse en pequeños grupos. Encontramos al primero que vino directo hacia nosotros a 30 m sin ninguna cortedad, esquivándonos como quiso. Tras él vinieron el grupo de seis que nos obsequiaron con un baile hasta las profundidades durante un buen rato.
El tiburón martillo (Sphyrna lewini) allí presente es el común, pero a diferencia de cuando los vimos en Ecuador, estos eran mucho menos tímidos. Iban y venían y nos rodeaban en círculos. De vez en cuando realizaban un nado lateral muy particular de estos animales.
Con la emoción del momento nos fuimos hasta algo más de 40 m y los ordenadores de medio grupo incluyendo los nuestros empezaron a pitar y entramos en deco. No me cargué la cámara de milagro. Por supuesto, no es lo más recomendable y desde aquí no queremos animar a nadie a ello, pero valió la pena esperar unos minutos más en la subida antes de salir para evitar la descompresión.
¿Es una manta o un portaviones?
En la tercera y última inmersión tuvimos la oportunidad de ver al que ha sido nuestro único avistamiento de manta birostris. No nos referimos a las mantas de arrecife (Mobula Alfredi) que podemos ver en Maldivas por ejemplo, sino a la gran mantarraya gigante.
La manta birostris (Mobula birostris) se diferenciaron del resto a nivel científico en 2017 y son la especie más grande que hay. Las de arrecife rondan los 3’5 – 4 m de envergadura y estas pueden alcanzar los 8 m. ¡El doble! Se suelen encontrar en solitario recorriendo largas distancias a diferencia de las otras, que suelen estar en grupo en estaciones de limpieza.
Lástima que por las condiciones y la gran profundidad tan sólo pudimos tomar video. Fue alucinante ver ese gran rombo casi totalmente negro pasar justo debajo nuestro.
Elphinstone (Sha’ab Abu Hamra): Un apacible acuario
El arrecife de Elphinstone es el más cercano a la costa de los tres puntos que tiene esta ruta. Concretamente está situado en medio de Port Ghalib y Marsa Alam, a 30 km. Con sus 400 m, desde fuera del agua se ven perfectamente sus límites por el cambio de color. En principio es un punto bastante más cómodo que los otros dos para disfrutar de un buceo más tranquilo. De hecho desde Marsa Alam hay salidas diarias para todos los públicos.
Tras pasar la noche en Daedalus, aún nos quedaba esta última joya para el último día de buceo. A pesar que suelen verse aquí Longimanus, no vimos ninguno, pero llegados a este punto de la ruta se habían cumplido con creces nuestros objetivos. Elphinstone fue como un postre tras un suculento menú. Allí realizamos un par de inmersiones empezando en la punta norte y dejándonos llevar por uno de los costados. Algo más de 60 min, «agüita» a 28º y una profundidad máxima de 32 m para llegar a una de ambas plataformas que allí se encuentran.
El paisaje está plagado de gorgonias y coral blando y la luminosidad que había era preciosa. Lo que más disfrutamos fueron los atunes y carángidos en grandes grupos cazando a gran velocidad. Se pueden ver fácilmente otros viejos conocidos del Mar Rojo, como grupos de peces ardilla, pez ballesta, pez ángel, pez soldado o pargos.
Marsa Shouna: Un campo de fútbol para las tortugas
La despedida y cierre de este vida a bordo por el sur del Mar Rojo la hicimos en Marsa Shouna. Este lugar al sur de Port Ghalib está situado en plena costa, una pradera al abrigo de un pequeño arrecife costero. Al tener que tomar el vuelo de vuelta al día siguiente y tras muchos buceos profundos los días anteriores a tomar el avión toca algo facilito.
Casi 80 minutos a 15 m, para una inmersión libre donde cada uno recorre el lugar a su gusto. La pradera sirve de reencuentro para las tortugas y también como lugar de alimento. Se ponen las botas de hierba vamos. El plato fuerte es la posibilidad de encontrarse al apacible Dugong, un animal entrañable donde los haya, pero no tuvimos esa suerte.
Las tortugas en cambio sí vienen a la cita sin inmutarse de nuestra presencia. La polvareda que montan cada vez que pegan un bocado es enorme, pero claro, cada uno en su casa hace lo que quiera.
¿Vuelta al Mar Rojo? Fijo
Ya tan sólo nos quedaba pasar la última noche atracados en Port Ghalib para volver al día siguiente. Buenísimas sensaciones nos dejó este sur del Mar Rojo. Ahora la duda no es volver, sino dónde volver. ¿Aún más al sur hacia St. Johns y Fury Shoal? ¿Directamente ir a Sudán? ¿Bucear en lo más conocido de la Ruta Norte? En cualquier caso es un destino de buceo muy completo y un valor seguro. ¡Volveremos fijo!
¡Os ha salido redondo! Voy a hacer la misma ruta en octubre con los mismos objetivos que vosotros, a la caza del Longimanus. Cuánto me alegro de que los hayáis visto, y encima con aparición estelar del zorro (que yo sí pude verlo y a la primera en Malapascua, suerte de principiante) y los martillos, que no me importaría saludarlos de nuevo ¡qué ganas de embarcarme! Un saludo, pareja.
Hola Chus! Gracias por tu comentario ante todo. Realmente esa ruta salió a pedir de boca, salimos muy contentos. Esperamos que tengas la misma suerte o más en tu salida de Octubre. Los Longimanus una pasada verlos de cerca, a tenerlos en cuenta por eso.
Un fuerte abrazo!
Robert y Ely
Pasaba por aquí para despejar la incógnita y dejar constancia de que pude bucear con varios Longimanus bien cerca, fue impresionante, un buceo maravilloso aparte del encontronazo con el amigo de aletas blancas. Volveré de nuevo para probar la ruta norte, aunque mi próximo destino será ir a conocer a las bullshark en Playa del Carmen (espero que este año) ¿cuál es vuestro próximo tiburón en la lista?
¡Un saludo!
Hola Chus! Gracias por contar tu experiencia, cojonudo ese encuentro con los Longimanus es una nimal impresionante.
Los bull de Playa del Carmen son muy curiosos y se pueden ver sin necesidad de feeding. En nuestro caso, siempre a la espera del Tigre, tenemos Fuvamulah en mente pero depende de la situación de vacaciones que tengmaos.
Un saludo!!
Hola! Pintaza de viaje. ¿Tenéis algún contacto de Emperor para preguntar por fechas y opciones? ¡Gracias!
Hola Beatriz! Gracias por pasarte por aquí. Creo que te contactamos ya por Instagram. Saludos!