Buceo en Balicasag y el arrecife de Panglao. Unos días por Alona Beach

Muchos son los puntos de buceo en Filipinas, diríamos que casi infinitos. La pequeña isla de Balicasag era uno de ellos y claramente desde el primer momento de nuestro viaje por el país asiático, lo añadimos a nuestra lista de deseos submarinos. Ya estaba fichadísima! Junto con Malasia, Indonesia, Papúa Nueva Guinea,Timor Oriental e Islas Salomón, Filipinas forma parte del llamado «Triángulo de coral», siendo esta la zona con más biodiversidad marina del mundo. En este aspecto no defraudan en absoluto las 7107 islas filipinas. Arrecifes impolutos, aguas de un color azul turquesa sublime y tortugas por doquier nos esperarían en Balicasag y sus alrededores. ¿Qué más se puede pedir?

Cómo llegar a Alona Beach

El punto de partida para visitar Balicasag es Alona Beach y sus alrededores, de sobras conocida por ser uno de los destinos turísticos más famosos de Filipinas y con una infraestructura bastante amplia de hoteles, restaurantes y centros de buceo, que a pesar de todo no nos resultó tan agobiante como otros lugares del estilo.

La playa de Alona se sitúa en la pequeña isla de Panglao, anexionada mediante dos puentes a la gran isla de Bohol y todas ellas pertenecientes a las región de Bisayas centrales (aquí por islas que no sea, más de 7000…).

Esta zona se incluye en casi cualquier itinerario que se precie por Filipinas, así que las posibilidades de transporte son variables, pero normalmente se suele llegar ya sea en ferry o en avión a Tagbilaran, la capital de Bohol. Por regla general si se opta por el ferry, se puede salir desde Cebú, Larena (en la cercana isla de Siquijor) o desde Dumaguete (en la isla de Negros) como fue nuestro caso.

El ferry de Dumaguete a Tagbilaran fue el más caro de todo el viaje, 700 PHP con el barco rápido de Oceanjet más 15 PHP de tasas y dos horas de trayecto. Una vez en el puerto de Tagbilaran los precios de los triciclos hasta Alona parecen estar más que cerrados a 300 PHP y más si llegas de noche como fue el caso. Para que salga más barato pudimos compartirlo y rebajar así el precio. Si se llega durante el día, más o menos hasta las 5 de la tarde, se puede tomar un jeepney como hicimos a la vuelta, que apenas cuestan 25 PHP y en menos de una hora te plantas en destino.

Para salir de Tagbilaran e ir hasta Cebu, una buena opción es tomar el ferry nocturno a las 10 o a las 12 de la noche con Lite Shipping pero conviene llegar temprano y reservar el billete ya que se venden con bastante rapidez. En nuestro caso llegamos a las 7 de la tarde y ya no quedaban billetes para el de las 10, con lo cual tuvimos que esperar al de las 12. Lo interesante es el precio, 240 PHP y 20 PHP de tasas en un ferry con litera y olor a pescado, toda una experiencia. Saliendo a las 12, llegas a Cebu a las 4 de la mañana y ahorras tiempo y una noche de alojamiento. Pero ojo, no sale todos los días, si nada ha cambiado son los Martes, Jueves y Sábado.

Buceando con Pata Negra Divers en Balicasag y el arrecife de Panglao

El mejor aliado que tuvimos para buceo en Alona Beach fue la tribu de Pata Negra Divers con Iñigo Lacunza como su punta de lanza. Este navarro lleva desde el 2012 al frente de este centro y alguno quizás lo conozcáis por sus consejos en el grupo de Facebook “Mochileros en Filipinas” del cual es su administrador. A parte de las salidas de buceo y snorkel, Íñigo no dudará en ayudarte con cualquier pregunta que tengas. ¡Realmente él y su equipo son de Pata Negra!

Desde aquí no sólo le damos las gracias porque fue todo un placer bucear con ellos, sino también por toda la información útil que nos puso al alcance de nuestra mano para preparar el viaje por Filipinas. También un reconocimiento para los dos guías locales, Julius y Jesper que no dudaron en saber nuestros intereses para que las inmersiones salieran como la seda y viéramos lo máximo posible. Por cierto…  Los briefings en bisaya – español de Julius no tienen desperdicio alguno! “Take your escarpin and your mascara and vamos!”

 

En Alona hay varias decenas de centros de buceo y existe una regulación de precios estándar que resulta inamovible. El precio por inmersión es de 1500 PHP + 250 PHP de tasas en Balicasag y de 1250 PHP en el arrecife de Panglao. El personal que va al agua se compone de tres instructores españoles y los guías son locales, los equipos están en perfecto estado y ahora disponen de un nuevo barco llamado San Fermín. El centro se encuentra al este de Alona a escasos minutos de la playa y de la carretera principal del pueblo, en una calle interior al lado del hotel Dormitels.

Balicasag, territorio de las tortugas marinas

El trayecto en barco hasta Balicasag desde Alona es de unos 45 minutos, depende como siempre de las condiciones del mar. Esta isla tiene un único hotel resort y dada su forma redondeada, todo a su alrededor es un arrecife que empieza a pocos metros de profundidad hasta caer en un abismo a unas decenas de metros de la misma playa. Nada más llegar la pequeña islita nos recibe con una claridad del agua impresionante y las primeras tortugas se ven a simple vista cuando suben a respirar a la superficie.

Existen cinco puntos de buceo en la isla y cualquiera de ellos no decepcionará. Nosotros estuvimos en Black Forest y Sanctuary donde la visibilidad es bastante buena pudiendo llegar a 40 m en ocasiones. Puede haber algo de corriente en algún momento pero es extraño, por lo general es un buceo muy sencillo.

Sin duda las estrellas de Balicasag son las tortugas marinas, pero la cantidad de vida es bastante abundante y diversa. Pudimos ver algunas barracudas, escuelas de Jackfish, meros y demás vida pequeña como morenas, peces escorpión, pez sapo, pez león, pez globo o puercoespín, peces payaso y una infinidad de nudibranquios bastante grandes y de colores que jamás habíamos visto, preciosos.

Arrecife de Panglao, paredes llenas de vida

A pocos minutos en lancha desde Alona y a lo largo de la línea de costa, existen también otros puntos de buceo interesantes con buen arrecife coralino para observar vida pequeña. Nosotros realizamos las inmersiones en Kalipayan y BBC. Aquí tuvimos oportunidad por fin, de ver en varias ocasiones a la gamba mantis gigante, un curioso animal que tiene el puñetazo más rápido y potente del mundo submarino pudiendo incluso partir una máscara de buceo en un solo golpe.

Tampoco faltaron infinidad de morenas de ojo blanco, muchos más nudibranquios, pargos, pequeños crustáceos y demás peces de arrecife y, por cierto, los peces payaso de esta zona son super territoriales, a la que te acercas un poco no dudan en salir en tu busca para defender su anémona. ¡Me mordieron en la mano en dos ocasiones! Fue el precio de querer sacarles guapos y sonrientes delante de la cámara.

Tanto el arrecife de Panglao como Balicasag son zona de paso del tiburón ballena, ¡así que atentos siempre al azul que nunca se sabe! Nosotros no tuvimos la suerte de verlo.

Qué hacer en los alrededores de Alona Beach

Como hemos indicado Alona es un lugar bastante turístico y con todos los negocios que ello conlleva a tu alcance. Pasear por la playa y alrededores está bien para un rato de distracción entre tiendecitas y restaurantes de todo tipo, en cualquier caso, lo vimos mucho más tranquilo de lo que esperábamos tras lo que habíamos escuchado. La playa aunque no sea de las mejores de Filipinas está bien para un rato. Está llena de bangkas, la embarcación tradicional filipina, así que merece la pena andar unos minutos y llegar a los extremos para estar más tranquilo.

También en la costa sur de Panglao y a unos 15 min de Alona en moto hacia el este, podemos visitar la playa de Dumaluan, de ambiente familiar y bastante agradable. El acceso cuesta 25 PHP por persona y 75 PHP el parking de la moto, pero para bañarse está bastante mejor que la playa de Alona ya que no hay embarcaciones de por medio.

En cambio, si vamos hacia el oeste apenas a 2 km hacia la playa de Danao, podemos dar un paseo a pie o en moto por una zona más local y ver los quehaceres de los filipinos en su día a día. Y es que si bien Alona Beach es un lugar turístico, a la que dejas la playa principal te metes de lleno en la Filipinas más rural, eso pudimos comprobarlo en cualquier parte del país. Aún más hacia el oeste y pasando la población de Panglao se puede llegar hasta Doljo point, un punto interesante no sólo de buceo sino también para disfrutar de otra playa y del atardecer de la isla.

Dónde alojarse en Alona Beach

Para nuestra estancia estuvimos en dos lugares distintos. La primera noche sin reserva y llegando de noche, acabamos en el Alona Grove Tourist Inn, en unas habitaciones de nueva construcción situadas alrededor de un jardín agradable. El precio eran 1100 PHP la doble con aire acondicionado y agua caliente, algo difícil de encontrar en Filipinas a ese precio. La verdad que nos sorprendió para bien.

El segundo hotel fue el Hope Homes, algo más económico y más alejado del ajetreo ya que se sitúa cerca de la playa de Danao, 1’5 km al oeste de Alona Beach. Lo bueno de este sitio es que por el precio de la habitación doble (850 PHP) te incluyen una moto para que vayas donde te dé la gana. Son pequeñas cabañas con ventilador y lavabo propio aunque algo hecho polvo y algún que otro visitante jeje.

Dónde comer en Alona Beach

En toda Filipinas fuimos combinando los restaurantes de precio medio (unos 450 – 500 PHP la pareja), con las famosas carenderías (100 – 200 PHP los dos!) y sus frías bandejas llenas de carne. Sinceramente, es el país donde más nos ha costado seguir una dieta local todos los días y donde más fácilmente comíamos de vez en cuando algo más internacional, para dejar de un lado por momentos tanta concentración carnívora.

En Alona Beach el precio medio lo encontramos superior a otros lugares, pero acabamos comiendo bastante bien a un módico precio. Muy cerca del Hope Homes conocimos el restaurante El Olivo, abierto desde no hace mucho y dirigido por un español y una filipina. Su terraza se sitúa en un entorno agradable y la carta es bastante variada con precios más que justos.

En la misma playa de Alona uno de los pocos sitios económicos es el Trudi’s Place que fundamentalmente tiene cocina filipina pero está hecha con un poco más de cariño que en la mayoría de sitios. Además, fue la primera vez que probamos el Halo Halo, un postre raruno mezcla de todo un poco, donde lo que nunca falta es el helado púrpura a base de ube. Si por el contrario queréis estiraros un poco más y daros el homenaje, merece la pena ir hasta el Linaw Beach Resort and Pearl Restaurant en Danao beach.