De los lugares más infames y oscuros de la historia de la humanidad, Auschwitz Birkenau seguro que aparece entre los primeros de la lista. El Holocausto y la «Solución final» que dio la Alemania nazi a la cuestión judía en la Europa de la época, es sin duda un punto negro irrepetible e imperdonable en la larga lista de errores que el ser humano ha cometido. Hoy en día, la visita a Auschwitz Birkenau es algo que debería mostrarse en todas las escuelas.
Cuando se llega a los alrededores de la tranquila localidad de Oswiecim (traducido al alemán como Auschwitz), los pequeños bosques y grandes praderas de un verde intenso, no nos hacen presagiar las atrocidades que se llegaron a cometer aquí durante la Segunda Guerra Mundial.
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Cuatro pinceladas de historia sobre Auschwitz
Oswiecim y el campo de concentración y exterminio de Auschwitz Birkenau se sitúan a 60 km al suroeste de la ciudad de Cracovia. Pertenecen al voivodato de Malopolska. Los nazis no dejaron el lugar de construcción al azar, ya que a escasos km se encuentra la región de Silesia, llena de industrias donde poder explotar la mano de obra para su maquinaria de guerra. El campo estuvo activo entre 1940 y 1945 cuando fue liberado por el ejército soviético que marchaba de manera implacable hacia Berlín.
Hasta la fecha habíamos visitado algunos otros campos de concentración nazis como Dachau, Sachsenhausen (Alemania), Terezin (República Checha) o Struthof Natzweiler (Francia). A pesar de su reputación ninguno de estos eran de extermino. Estos últimos estaban localizados exclusivamente en esta parte de Europa y más concretamente en Polonia. Eran ideados para eliminar personas de manera rápida y eficaz a las pocas horas de su llegada.
Auschwitz Birkenau fue uno de los 7 campos de concentración y exterminio que existieron. 6 de ellos estaban en Polonia (Belzec, Chelmno, Majdanek, Sobibor, Treblinka y Auschwitz). 1 en la actual Bielorrusia (Maly Trostenets), eran auténticas fábricas de la muerte.
Se calcula que por Auschwitz Birkenau pasaron cerca de 1.300.000 personas de las cuales murieron más de un millón, en su mayor parte judíos húngaros y polacos. A parte hubo presos políticos, gitanos, homosexuales, prisioneros de guerra y deportados de casi todos los países de Europa. En cuanto a cifras es ambiguo y muy difícil saber el número exacto de víctimas, pero se afirma que fue el mayor campo de exterminio de los que construyó el régimen nazi, quizás seguido por el de Treblinka al noreste de Varsovia y con alrededor de 1.000.000 de víctimas.
Visita a Auschwitz Birkenau. Como planificar tu visita
Denominado Museo estatal Auschwitz Birkenau desde 1947, hoy en día abre sus puertas a los visitantes para mostrar lo que queda de aquellos años. Lo que podemos ver es una buena parte, con alguna reconstrucción y pequeñas exposiciones explicativas con objetos y documentos de la época.
La Unesco declaró el campo Patrimonio de la Humanidad en 1979. A base de referencias, películas y libros quizás sea el lugar más conocido en torno al Holocausto en todo el mundo. A estos le podemos añadir todos los centenares de campos y subcampos que llegaron a existir en ese periodo alrededor del mismo.
Auschwitz estaba conformado principalmente por tres campos: Auschwitz I, Auschwitz II (Birkenau) y Auschwitz III (Monowitz) este último relacionado con la industria IG Farben, más unas tres decenas de campos subalternos en la zona.
En la actualidad se permite la visita de los dos primeros, separados por una distancia de 3 km. El tercer campo en cuestión está cerrado al público ya que no queda mucho por ver.
Como ir de Cracovia a Auschwitz: por libre o en tour guiado
Visita por libre
Si se pretende ir por libre a Auschwitz hay que tener en cuenta la legislación actual. No se puede entrar por cuenta propia entre las 10 de la mañana y las 15 de la tarde, desde el 1 de Abril al 31 de Octubre.
Entre Noviembre y el 2 de Enero y el 31 de Marzo la restricción es de 10 de la mañana a 13 horas de la tarde y en Diciembre de 10 a 12.
Se pueden reservar visitas guiadas en varios idiomas mediante la web, pero vuelan bastante rápido. En caso de visitar el museo sin guía el horario en nuestra opinión queda bastante restringido.
Desde la estación principal de Krakow Glowny salen trenes a Oswiecim. Estos a parte de caros, te dejan bastante lejos del campo y tardan en llegar. El bus es una mejor opción ya que salen cada 20 minutos y por unos 15 zlotys te dejan en la misma puerta del museo.
Para llegar en vehículo propio existen parkings de pago en Auschwitz I (8 zlotys todo el día) y Auschwitz II. Para desplazarse entre ellos hay un bus gratuito que recorre los 3 km entre ambos.
Tour guiado
Cabe decir que se dispone de unas más que correctas audioguías como las presentes en muchos sitios. En cualquier caso en Auschwitz es totalmente recomendable tener un guía que conozca de primera mano la historia y los pequeños entresijos del lugar. Merece mucho la pena en este caso el ir acompañado de alguien que explique al detalle lo que pasaba entre aquellas paredes y ampliar tu visión o conocimientos más allá de lo que hayamos leído o visto en reportajes. .
En nuestro caso tuvimos la oportunidad de ir con un tour guiado con transporte desde Cracovia a través de Musement, una plataforma de reserva de entradas a museos y monumentos en España y el resto del mundo. Existen varios tipos de tours, a veces combinativos con otros lugares como La Fábrica de Oskar Schindler o las Minas de Sal de Wieliczka. A partir de 37 euros tienes tours guiados en español con transporte desde Cracovia en minivans que recorren en 75 minutos el trayecto hasta Oswiecim.
En este caso no cabe preocuparse ni por el horario de entrada ni por el transporte. El ida y vuelta a Cracovia hasta el hotel o punto de encuentro ya está incluido. Por regla general, ya que el museo lo establece así, la visita se divide en 90 minutos para Auschwitz I y 60 minutos para Auschwitz II.
Teniendo en cuenta que nos sentíamos atraídos por el tema y nos gusta verlo tranquilamente, este es tiempo de sobra para ver todo con calma.
Auschwitz I, campo de horrores
Inconfundible el primer campo con la entrada antigua de metal donde reza “Arbeit macht frei”, (El trabajo te hace libre) una frase tan rebuscada como irónica que daba la bienvenida a los prisioneros del campo, ya no sólo en Auschwitz sino en la mayoría de campos nazis.
Esta parte se construyó en 1940 a partir de antiguos barracones de ladrillo del ejército polaco, que son los bloques que se ven hoy. Completamente rodeado de torretas y vallas electrificadas y varios controles de entrada y salida, hacía las funciones de campo de concentración y centro administrativo de las SS (Schutzstaffel).
En un par de antiguos barracones se muestra hoy la exposición del campo y memorial. Se dispone de paneles explicativos, fotografías y material de los prisioneros que fueron pasando por el campo. Lo más impactante son las montañas inmensas de objetos de las víctimas. Podemos encontrar pilas de gafas, utensilios de cocina, prótesis ortopédicas, zapatos de niño y adulto o maquinillas de afeitar.
Todo esto se guardaba en los “Canadá”. Estos lugares eran barracones lejanos administrados por algunos prisioneros donde iban a parar los objetos personales del resto. Se denominaban así por la sensación de lejanía y prosperidad que les hacía sentir el país norteamericano.
En su afán por guardar y aprovechar todo, los nazis utilizaban las cabelleras ya rasuradas de los prisioneros para fabricar tela. Esta tela se usaba por ejemplo, para los calcetines de las tropas de submarinos. En esta primera parte del museo lo que más nos sorprendió fueron las montañas de pelo de fallecidos. Esto junto con las maletas marcadas con nombre y procedencia de muchas víctimas que allí perecieron te dejan realmente impactado.
Aquí también hay una urna con las cenizas de muchos prisioneros que se encontraron en fosas comunes a través del campo y alrededores. Sólo con ver los primeros barracones de exposición, uno se puede hacer una mínima idea de lo que llegó a ser aquello. Resulta increíble las vidas que destrozó ese lugar por el pensamiento macabro de unos pocos.
Más adelante se muestran un poco las condiciones de los prisioneros en el día a día. Estos vivían hacinados en habitaciones, durmiendo en un suelo de paja con muy pocos baños. Apenas tenían dos minutos para hacer las necesidades bajo castigo si se sobrepasaba el tiempo.
Normalmente eran vigilados por un Kapo, figura esencial en los campos que intentaba mantener el orden dentro de su parcela. Por general, se trataba de prisioneros, delincuentes traídos de Alemania u otros delitos. Estos disponían de favores y una mejora en las condiciones de vida en el campo.
La esperanza de vida en Auschwitz I era de tan sólo unos meses. Así lo demuestran los muchos retratos que los mismos nazis realizaban a los prisioneros a su llegada. En un barracón podemos observar fotos de víctimas, tanto mujeres como hombres. Aquí se marca la fecha de llegada y la fecha de muerte y entre las que encontramos la de un español.
En muchas ocasiones si la persona ya era mayor vemos que tan sólo sobrevivía unos días o semanas. Esto era debido a las condiciones de higiene, duro trabajo, falta de nutrición y maltrato.
Barracón 11
El barracón 11 era el lugar de castigo dentro de la prisión que era Auschwitz I. Tras sus paredes se producían toda clase de atrocidades y torturas. En el sitio no pueden realizarse fotografías y solo por lo que se vivió en ese lugar debe respetarse la normativa.
En el sótano de este barracón todavía pueden visitarse las celdas oscuras donde metían hasta cinco prisioneros en un metro cuadrado. No quedaba otra que estar de pie 24 horas y con apenas ventilación del exterior, tan sólo un agujero de menos de un palmo.
Fue también aquí donde se realizó el primer ensayo de cámara de gas en la historia. Con 800 prisioneros rusos y polacos encerrados en este sótano, se prosiguió a gasearlos con Zyklon B. A partir de aquí se decidió la construcción del resto de cámaras de gas y crematorios. Una plava está en la pared del lugar en su recuerdo. Sentir y poder ver que ese maldito sótano no ha cambiado casi en 75 años pone la piel de gallina.
En este mismo barracón se encuentra el paredón de fusilamiento. Quien entraba en ese pabellón se le dictaminaba una condena a muerte en un juicio sumario. Se le obligaba a desnudarse, caminar hacia la puerta de salida del patio y se procedía a la ejecución. Actualmente unas flores recuerdan los miles que cayeron en esa pared.
Barracón 10
El barracón 10 sirvió de enfermería y laboratorio de experimentos al Dr. Josef Mengele que se obsesionó con la búsqueda de esterilizar a mujeres judías e “investigar” con niños gemelos. Al poco nos encontramos con el patio de recuento, la antigua cocina y las horcas.
La alimentación básica era a base de sopa aguada con hierbas o especias, poco pan y algún trozo de queso. Todo eso era insuficiente para el trabajo forzado y aguantar la presión de las palizas y torturas sin contar la falta de higiene y descanso.
Si un prisionero no aguantaba y aún así moría, eran sus propios compañeros los que tenían que llevar su cuerpo hasta esta plaza para que el recuento fuese siempre exacto.
En el checkpoint de entrada y salida de los oficiales de las SS al campo de Auschwitz I se encuentran los edificios administrativos. Justo en frente están la primera cámara de gas y crematorio que se construyeron. Sólo entrar en esa estructura y ver el estado de las paredes ya da escalofríos.
No es un lugar donde uno quiere pasar más tiempo del necesario, da claustrofobia aunque jamás hayas sufrido de ella. Si nos fijamos en detalle aún está el agujero por donde introducían las piedrecitas del Zyklon B con el que gaseaban a los prisioneros. Estos eran sobretodo mujeres, niños y ancianos.
La cámara de gas siempre estaba fuera de la valla electrificada y escondida al resto de prisioneros, tan sólo conocida por los Sonderkommando de los cuales hablaremos más adelante.
En una sala contigua a la cámara de gas, pero dentro de la misma estructura encontramos el crematorio. Este está reconstruido para el museo con restos de lo que fue el antiguo pero que muestra a la perfección como estaba dispuesto.
A unos cien metros de la cámara de gas y siempre frente a la entrada al campo, tenía la casa el que fuera primer comandante en jefe (SS – Obersturmbannführer) de Auschwitz Rüdolf Höss. Según testimonios de supervivientes manejaba el campo con frialdad y sin miramientos, recibiendo órdenes directas de Heinrich Himmler (SS – Reichsführer).
Aunque la casa ya no existe, en su lugar está el patíbulo donde fue ahorcado en 1947, dos años tras el final de la guerra y los juicios de Nuremberg.
Curioso, quizás fuera el karma lo que hizo que la inteligencia británica diera con su paradero y lo ejecutase en el mismo lugar donde pasó varios años junto a su familia en este campo, justo en frente de donde tanto sufrimiento y horror él y sus actos causaron.
Y para muestra de la locura y la forma de pensar que tenían muchos de estos líderes nazis, dejo unas palabras del mismo Rudolf Höss tras ser capturado.
Por voluntad del Reichsführer de las SS, Auschwitz se convirtió en la mayor instalación de exterminio de seres humanos de todos los tiempos. Que fuera necesario o no ese exterminio en masa de los judíos, a mí no me correspondía ponerlo en tela de juicio, quedaba fuera de mis atribuciones. Si el mismísimo Führer había ordenado la solución final del problema judío, no correspondía a un nacionalsocialista de toda la vida como yo, y mucho menos a un Führer de las SS, ponerlo en duda.
Rudolf Höß
Auschwitz II Birkenau, fábrica de muerte
Tras recorrer los 3 km que separan ambos campos llegamos a Auschwitz II Birkenau, la que fuera verdadera fábrica de muerte de todo el régimen nazi y exterminio a gran escala. Lo primero que vemos es la entrada y edificio central del campo con unas vías del tren ya en desuso, pero por las cuales en la época llegaban trenes desde toda Europa para traspasar esa puerta hacia la muerte.
Tan sólo tres semanas antes de este viaje visitamos el Andén 17 (Gleis 17) en Grünewald, estación de las afueras de Berlin. Desde este andén hoy transformado en memorial salieron centenares de trenes cargados de judíos hasta el punto donde nos encontrábamos ahora en Polonia, el tramo final y puerta de entrada a Auschwitz II Birkenau.
La extensión de este segundo campo es mucho más grande y en el cual se conservan varios barracones de ladrillo en la parte izquierda y algunos restos en la parte derecha del camino principal de entrada, paralelo a las vías de tren. Estos últimos barracones eran antiguas cuadras para caballos que posteriormente en su construcción en 1941 fueron utilizadas para los prisioneros.
Las dimensiones son considerables, (2km X 2’5 km) hasta el punto de no verse el final de las vallas electrificadas en todas las direcciones. Es aquí donde murieron cientos de miles de judíos y más de un millón de personas, aunque el pico máximo de personas que albergó a la vez fue de 100.000.
Retomando nuestra escapada a Berlin semanas antes de viajar a Polonia, estuvimos visitando la mansión donde se realizó la Conferencia de Wansee, a orillas del lago del mismo nombre, situado al suroeste de Berlin.
Fue aquí donde en Enero de 1942, altos mandatarios del partido nazi NSDAP, militares y representantes civiles acordaron la Solución final a la cuestión Judía (Endlösung der Judenfrage) encabezados por Reynhard Heydrich,principal propulsor de lo que sería el Holocausto posteriormente.
La solución final planeada en Berlin llevó a cabo la ampliación y remodelación de Auschwitz para llegar a ser un campo de exterminio y hacer desaparecer a cualquier judío que no sirviese para trabajar plenamente.
Esto se tradujo en que de cada tren de judíos que llegaba a Auschwitz Birkenau, tan sólo el 25 % podía quedarse trabajando en el campo. El otro 75% (ancianos, niños, mujeres débiles, enfermos) iban directamente a la cámara de gas.
A partir de 1942 este campo pasa a ser casi exclusivamente de exterminio y se instalan hasta cuatro cámaras de gas y hornos crematorios situados al fondo y fuera de la visión de los prisioneros del campo. Hoy en día tan sólo quedan las ruinas de dos de ellas ya que los nazis las destruyeron en su huida antes de la entrada del ejército rojo.
El tamaño es considerable ya que cabían hasta 2.500 personas en un solo turno. En la situada a la izquierda el Dr Josef Mengele tenía su laboratorio personal.
Antes de llegar a estos crematorios en la vía central que parte Birkenau en dos, llegaban los trenes y se realizaba la selección del que era válido o no válido para trabajar, como decimos sólo un 25% de todo el tren recién llegado.
Los médicos de las SS tan sólo se guiaban por el aspecto de la persona. Estos decidían a donde mandarlo con un simple golpe de mano a izquierda o derecha.
Justo es el mismo camino que se toma hoy para acceder al interior de la valla o ir hasta el emplazamiento de las cámaras de gas, allí donde se encuentra uno de los vagones originales de transporte vacuno y que se utilizaban para el transporte de prisioneros.
Una foto en el museo de Auschwitz I refleja bien la situación, donde en el fondo de la imagen a la derecha se ve la fila de personas que parten directas a la cámara de gas sin saberlo, tan sólo engañados vilmente diciéndoles que van a recibir una ducha higiénica antes de entrar al campo.
El rápido funcionamiento hacía que una persona llegaba por la mañana y por la tarde ya asesinada, incinerada y con su ropa empaquetada y lista para enviar a Alemania.
Una de las figuras más tristes de todo Auschwitz eran los Sonderkommando, prisioneros judíos o no que eran obligados a trabajar en las cámaras de gas y crematorios. Apartados del resto de prisioneros y privados de cualquier contacto, se encargaban de registrar los cuerpos en busca de objetos de valor en los orificios corporales de los gaseados para después incinerarlos en el crematorio contiguo o en simples fosas comunes.
Cada cierto tiempo eran ejecutados y sustituidos por otros y tampoco se les permitía hablar más de la cuenta bajo amenaza de pena de muerte.
El gas Zyklon B tenía un efecto de unos 20 – 25 minutos hasta que la persona moría por asfixia. Sin duda era una muerte lenta y dolorosa donde los que menos resistían eran niños y ancianos y los que más adultos jóvenes.
No quiero ni imaginarme lo que debe ser trabajar tan sólo un día como Sonderkommando sin poder decir nada con esa carga tan brutal. Esperar una y otra vez a que 2500 personas sean asesinadas para siempre repetir el mismo proceso.
Otra foto interesante en Auschwitz I es la que uno de los Sonderkommandos sacó a escondidas del resto de compañeros incinerando cadáveres y que ayudó a probar lo que se realizó de puertas hacia dentro en Auschwitz Birkenau.
Los sacos con las latas del Zyklon B salían de Berlin y volvían llenos de uniformes de prisioneros fallecidos. El régimen nazi no dejaba nada al azar y todo lo aprovechaba. Los más desfavorecidos por la guerra en Alemania tampoco preguntaban el origen de esa ropa. Uno de esos sacos puede verse actualmente en el refugio antiaéreo de Berlin en la estación de metro de Gesundbrunnen.
Si has llegado hasta aquí, gracias por leer el post y si vas a visitar Auschwitz hazlo con el respeto que se merece (abstenerse de hacer selfies, posturas en lugares comprometidos etc) La visita a Auschwitz o a cualquier campo de concentración del régimen nazi no es algo agradable de ver, pero es un pedazo de la historia de lo peor que representa el ser humano. Hasta dónde puede llegar a ser capaz por convicción religiosa, política o racial la historia nos lo ha demostrado.
No hay nada ni nadie que pueda justificar tal barbarie y con la visita del lugar aún te cargas de más razonas de lo poco que vale una guerra y de las consecuencias nefastas que conlleva.
Hola
Muy interesante el articulo, acabamos de regresar de Polonia y la informacion que ustedes proporcionan es correcta.
Muchas felicidades